lunes, 30 de diciembre de 2024

Iniciación Cristiana Adultos
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Una Cuaresma DISferente

Las personas con discapacidad intelectual con las que compartimos la vida las Hijas de Santa María de la Providencia, obra don Guanella, en la Casa Santa Teresa de Madrid, nos invitan con su sabiduría sencilla a vivir la Cuaresma en su verdadera esencia y contenido.

Si la Cuaresma es cuestión de amor —limosna es amor al prójimo, oración es amor a Dios y ayuno es amor a uno mismo—, en nuestra casa se practica desde hace tiempo una dimensión cuaresmal que trasciende los cuarenta días previstos porque se hace realidad los 365 días del año.

Todo lo que tocan las personas con discapacidad intelectual, a modo de rey Midas, lo convierten en quilates de humanidad y olor a vida divina. Así, la limosna se traduce en ayuda recíproca. Ayudar sin pasar factura, sin que redoblen los tambores, sin griterío reivindicativo.

El ayuno se concreta en tener una mente limpia, en mirar preferentemente lo bueno del otro, en permitir que la luz de los demás brille sin sentirme mal por ello. Ayunar de envidias y egoísmos. Ayunar de recelos y rencores elaborados, tortuosos y dañinos. Ayunar de pesimismo, de crítica destructiva. Ayunar de malos pensamientos y peores acciones.

Y la oración. Dios existe y nosotras lo confirmamos en cada momento. Las personas con discapacidad intelectual rezan. ¡Y cómo rezan! Tienen conexión directa con el Dios de los sencillos sin necesidad de redes sociales. Están permanentemente conectados con la mejor de las redes, que es Dios mismo y su Espíritu Santo que grita a través de los pobres y vulnerables.

Así vivimos la Cuaresma en la Casa Santa Teresa. Un lujo y un reto.

SOR LUISA MARÍA LÓPEZ, 20 DE MARZO DE 2024