Actualidad

SAN CARLO ACUTIS Y SAN PIER GIORGIO FRASSATI
«Hoy es un día de gran alegría y es una bendición encontrarlos a ustedes, que han venido de tantos países. Este es un don de la fe que queremos compartir». Este ha sido el saludo que el Papa León XIV ha lanzado a los 80.000 fieles congregados en la plaza de San Pedro este domingo. Lo ha hecho asomándose por sorpresa momentos antes de la ceremonia de canonización de los jóvenes Carlo Acutis y Pier Giorgio Frassati. Una Eucaristía, presidida por el Pontífice, que ha estado acompañada por un radiante sol y una plaza absolutamente repleta —había fieles hasta en la via della Conciliazione— y engalanada.
«En honor de la Santísima Trinidad, para exaltación de la fe católica y crecimiento de la vida cristiana, después de haber reflexionado largamente invocando muchas veces la ayuda divina, y oído el parecer de numerosos hermanos en el episcopado, declaramos y definimos santos a Carlo Acutis y Pier Giorgio Frassati. Así, los inscribimos en el libro de los santos y establecemos que en toda la Iglesia sean devotamente honrados entre los santos». Con estas palabras, el Pontífice ha hecho efectiva la canonización de los dos jóvenes italianos, que los fieles han recibido con una gran ovación.
¿Quién fue Carlo Acutis?
Carlo Acutis (1991–2006) fue un joven italiano que destacó por su profunda fe a Cristo y su pasión por la informática. Desde muy pequeño mostró una devoción especial hacia la Eucaristía y la Virgen María, asistiendo a Misa diaria y rezando el rosario con constancia. Con apenas 11 años comenzó a programar y a crear contenidos digitales, utilizando sus conocimientos para evangelizar a través de internet. Su vida, aunque breve, estuvo marcada por la alegría, la sencillez y la entrega a Dios en las cosas cotidianas. Falleció a los 15 años a causa de una leucemia fulminante, ofreciendo su sufrimiento por la Iglesia y el Papa. Fue beatificado en 2020 en Asís, convirtiéndose en un referente de santidad para la juventud actual.
¿Quién fue Pier Giorgio Frassati?
Pier Giorgio Frassati (1901–1925), nacido en Turín (Italia), fue un joven laico que vivió intensamente su fe en medio de una activa vida universitaria y social. Estudiante de Ingeniería de Minas, dedicó gran parte de su vida a ayudar a los pobres, enfermos y marginados, siendo miembro de asociaciones católicas y de acción social. Su espiritualidad se centraba en la Eucaristía, la oración y el servicio a los demás. Amante del deporte, especialmente de la montaña y la naturaleza, transmitía con su ejemplo la alegría del Evangelio. Murió a los 24 años de poliomielitis y en 1990 fue beatificado por san Juan Pablo II, quien lo presentó como modelo de santidad para los jóvenes del mundo.
Santidad con «medios sencillos»
León XIV ha puesto de relevancia el ejemplo de los nuevos santos: Frassati, un joven de principios de siglo XX, y Acutis, un adolescente de nuestros días. «Ambos enamorados de Jesús y dispuestos a dar todo por Él». De Frassati ha subrayado «su alegría de vivir y de ser cristiano en la oración, en la amistad y en la caridad». Incluso hoy en día, su ejemplo «representa una luz para la espiritualidad laical», ya que para él la fe no era una devoción privada, sino que «se comprometió generosamente en la sociedad, contribuyó a la vida política y se desgastó con ardor al servicio de los pobres».
Por su parte, Carlo «encontró a Jesús en su familia y en la escuela, pero sobre todo en los sacramentos, celebrados en la comunidad parroquial». De esta manera, el joven «creció integrando naturalmente en sus jornadas de niño y de adolescente la oración, el deporte, el estudio y la caridad».
El Santo Padre ha ido salpicando estas palabras con algunas citas de los propios santos, y ha resaltado que «la fórmula de la santidad» de estos jóvenes radica en que «cultivaron el amor a Dios y a los hermanos a través de medios sencillos y al alcance de todos: la Misa diaria, la oración, la adoración eucarística y la confesión frecuente». Todo ello traducido en pequeños gestos diarios, muchas veces escondidos y sin llamar la atención, pero con un profundo amor, incluso también en la enfermedad.
«Los santos Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis son una invitación, sobre todo para los jóvenes, a no malgastar la vida, sino a orientarla hacia lo alto y hacer de ella una obra maestra», ha exclamado el Papa. A estas palabras las ha seguido de nuevo una intensa ovación en la plaza de San Pedro.
(Alfa y Omega)