miércoles, 08 de octubre de 2025

Iniciación Cristiana Niños
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Directorio Diocesano de Catequesis de Iniciación Cristiana de Niños

122. La Sagrada Eucaristía culmina la Iniciación cristiana. Los que han sido elevados a la dignidad del sacerdocio real por el Bautismo y configurados más profundamente con Cristo por la Confirmación, participan por medio de la Eucaristía con toda la comunidad en el sacrificio mismo del Señor. En efecto, más allá del orden y de las edades en las que actualmente se administran los diferentes sacramentos de la Iniciación cristiana, la Eucaristía supone su culminación porque significa y realiza la comunión de vida con Dios y en la Iglesia.

 

123. La Primera Comunión de los que han sido bautizados tiene especial importancia en el proceso de la Iniciación cristiana. Es un momento fuerte de encuentro con Jesucristo y de incorporación a la comunidad cristiana que les acoge y, si se celebra bien, deja huellas indelebles o muy profundas en la conciencia del sujeto para toda su vida. En el momento actual, ésta es la mayor urgencia: integrar la celebración de la Primera Comunión y su preparación inmediata en un proceso continuo de Iniciación cristiana que produzca auténticos frutos de vida cristiana. La Primera Comunión en el conjunto de la Iniciación cristiana

 

124. Benedicto XVI afirma en la Exhortación Apostólica Postsinodal Sacramentum Caritatis: Quisiera subrayar la importancia de la Primera Comunión. Para muchos fieles este día queda grabado en la memoria, con razón, como el primer momento en que, aunque de modo todavía inicial, se percibe la importancia del encuentro personal con Jesús. La pastoral parroquial debe valorar adecuadamente esta ocasión tan significativa.

 

125. Para que pueda administrarse la santísima Eucaristía a los niños, se requiere que tengan suficiente conocimiento y hayan recibido una preparación cuidadosa, de manera que entiendan el misterio deL Señor con fe y devoción. Por tanto, antes de que un niño sea admitido al banquete eucarístico se requerirá un verdadero discernimiento acerca de la asimilación de aspectos fundamentales de su educación en la  fe:

• La participación del niño en la sesión catequética semanal.

• El conocimiento y aceptación, a su nivel, del Símbolo de la fe católica.

• La iniciación en la oración y en la liturgia de la Iglesia, especialmente en la Misa dominical.

• Esfuerzo por un comportamiento cristiano coherente, mediante la formación de su conciencia moral.

• Deseo personal y gozoso de recibir a Jesús sacramentado y de pertenecer a la Iglesia.

La Eucaristía es el compendio y la suma de nuestra fe. Por tanto, los niños admitidos a la Primera Comunión deben tener claro que la Eucaristía es fuente y cima de toda la vida cristiana.

 

126. En el conjunto de la catequesis de la Iniciación cristiana es básica una verdadera introducción y un cierto hábito de asistencia a la celebración eucarística, sobre todo la del domingo. La celebración de la Misa en el día del Señor, el domingo, es una seña de identidad de ser cristiano y de pertenecer a la Iglesia Católica. Si bien toda la comunidad parroquial tiene que contribuir a esta tarea de iniciar en la Misa dominical a los niños, es especial responsabilidad de los padres cuidar este aspecto en la educación en la fe de sus hijos.

 

127. A este aspecto han de unirse otros como la catequesis familiar, que reviste, a su vez, distintas modalidades ya presentes en nuestras parroquias. En general, esta preparación para el gran encuentro con Jesucristo Eucaristía, que es la Primera Comunión, requiere que los padres se preparen al ritmo de los niños. En este sentido, la comunidad parroquial tiene ante sí un reto importante. Habría que sospechar bastante de la veracidad y efectividad de este tiempo de preparación  si los padres no quieren de ningún modo intervenir y, en ese caso, invitarles con suave energía a que lo hagan, porque, de otro modo, su hijo tendrá dificultades en su Iniciación. Sin duda serán oportunos los encuentros con los padres, así como su participación en la celebración de ritos, como las entregas del Padrenuestro, del Credo, del Crucifijo o del Nuevo Testamento, la renovación de las promesas del Bautismo, la primera Penitencia. Y otras celebraciones más sencillas no litúrgicas, pero que ayudan a los niños a celebrar la vida, la luz…  128. En esta preparación tendrá un papel insustituible la comunidad parroquial, que debe ser referencia para padres y niños, y a la cual se irá incorporando la familia lo suficiente para asegurar la veracidad y efectividad de esa preparación. Dentro de la comunidad, es bueno también un grupo más reducido que, junto con los catequistas, acompañe a padres y niños en su incorporación a la vida parroquial.

 

129. En la preparación próxima a la Primera Comunión es necesaria una catequesis que incluya estos dos aspectos:

a) Una adecuada catequesis litúrgica: Para que el niño se inicie en la vida litúrgica de la Iglesia, se le debe explicar con detalle la celebración de la Misa, con todas sus partes y con la riqueza de signos y gestos que expresan la fe cristiana y eclesial en la celebración. Este aspecto de la catequesis será una eficaz ayuda al niño, conforme a su edad y proceso personal, para que se familiarice con los grandes valores espirituales y humanos que contiene toda Eucaristía: la acción comunitaria del pueblo de Dios, la escucha de su Palabra, el perdón recibido y ofrecido, la acción de gracias, las expresiones simbólicas que llenan su propia vida, el ágape fraterno y la celebración festiva… Es fundamental que el niño, en su Primera Comunión, participe en una celebración que ya conoce a fondo, porque ha frecuentado la celebración dominical de la Santa Misa y conoce el significado de cuanto se realiza.

b) Experiencia comunitaria de oración. Serán también de gran importancia otras celebraciones de diverso género, que pueden contener algunos elementos litúrgicos como el silencio, el canto y la alabanza común, la lectura de la Biblia o de los Evangelios, donde caben expresiones más espontáneas, catequéticas y didácticas, que pueden iniciar a los niños en la necesaria experiencia de oración personal y comunitaria.

 

16. La enseñanza religiosa escolar, realiza su peculiar contribución en la educación en la fe. Por ello, aquellos niños, adolescentes y jóvenes que están participando en la catequesis de Iniciación cristiana y se encuentran en edad escolar, deben también estar inscritos en Religión y Moral Católica en su correspondiente centro de estudios. Además, para lograr una acción evangelizadora más eficaz, es muy conveniente la colaboración de la enseñanza religiosa escolar y la catequesis parroquial, manteniendo claramente diferenciados los respectivos objetivos y ámbitos