Formación
Nueva Encíclica del Papa Francisco «Dilexit Nos»
La cuarta encíclica del papa Francisco lleva por título “Dilexit nos” (“Nos amó”) y ha sido presentada este jueves 24 de octubre. En ella el Santo Padre retoma la tradición y actualidad del pensamiento “sobre el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo” y nos invita a renovar su auténtica devoción para no olvidar la ternura de la fe, la alegría de ponerse al servicio y el fervor de la misión, porque el Corazón de Jesús nos impulsa a amar y nos envía a los hermanos.
Esta encíclica está divida en cinco capítulos: La importancia del corazón, Gestos y palabras de amor, Este es el corazón que tanto amó, Amor que da de beber, y Amor por amor. Es el más teológico y académico de los escritos de Francisco. Tiene un estilo pedagógico y divulgativo en el que no faltan las referencias personales y anécdotas sobre la fe cotidiana del propio papa.
“La devoción al Corazón de Cristo no es el culto a un “órgano separado de la persona de Jesús”. Lo que contemplamos y adoramos es a Jesucristo entero, el Hijo de Dios hecho hombre, representado en una imagen suya donde está destacado su corazón”. Explica que “la imagen de Cristo con su corazón, aunque de ninguna manera es objeto de adoración, no es una entre tantas otras que podríamos elegir”. “Mientras la Eucaristía es presencia real que se adora, en este caso se trata sólo de una imagen que, aunque esté bendecida, nos invita a ir más allá de ella, nos orienta a elevar nuestro propio corazón al de Cristo vivo y unirlo a él”. Y resalta: “La imagen venerada convoca, señala, transporta, para que dediquemos un tiempo al encuentro con Cristo y a su adoración, como nos parezca mejor imaginarlo”.
UNA HUMANIDAD NUEVA
El papa denuncia “un sistema degradante” que “sólo nos urge acumular, consumir y distraernos” y “no nos permite mirar más allá de nuestras necesidades inmediatas y mezquinas”. “Sólo su amor hará posible una humanidad nueva”, resalta Francisco sobre el Corazón de Jesús.
Clama el papa contra la guerra y los desequilibrios económicos y defiende que “el amor de Cristo está fuera de ese engranaje perverso y sólo él puede liberarnos de esa fiebre donde ya no hay lugar para un amor gratuito”, pues es “capaz de darle corazón a esta tierra y reinventar el amor allí donde pensamos que la capacidad de amar ha muerto definitivamente”.
La crítica la amplía también a la Iglesia advirtiendo del riesgo de “no reemplazar el amor de Cristo con estructuras caducas, obsesiones de otros tiempos, adoración de la propia mentalidad, fanatismos de todo tipo que terminan ocupando el lugar de ese amor gratuito de Dios que libera, vivifica, alegra el corazón y alimenta las comunidades”.
AYUDAR A LOS DEMÁS
El papa invita a recuperar tradiciones religiosas olvidadas, como la comunión eucarística los primeros viernes de cada mes y la hora de adoración de los jueves. Habla de la piedad popular y dice: “Ruego que nadie se burle de las expresiones de fervor creyente del santo pueblo fiel de Dios, que en su piedad popular intenta consolar a Cristo”. Pero esta piedad popular no ha de quedarse en el individualismo, sino que ha de preguntarse: “¿Qué culto sería para Cristo si nos conformáramos con una relación individual sin interés por ayudar a los demás a sufrir menos y a vivir mejor? ¿Acaso podrá agradar al Corazón que tanto amó que nos quedemos en una experiencia religiosa íntima, sin consecuencias fraternas y sociales?”.
Para el papa, todos debemos convertirnos en misioneros enamorados que se dejan cautivar por Cristo y que “transmiten ese amor que les ha cambiado la vida”. Pide a todos a “hablar de Cristo con el testimonio o la palabra”. “No hay proselitismo en esta dinámica de amor, son las palabras del enamorado que no molestan, que no imponen, que no obligan, sólo mueven a los otros a preguntarse cómo es posible tal amor”. Y resalta: “si nos dedicamos a ayudar a alguien eso no significa que nos olvidemos de Jesús. Al contrario, lo encontramos a él de otra manera” porque “Él te envía a derramar el bien y te impulsa por dentro. Para eso te llama con una vocación de servicio”.